Maquinchao

¿Qué dirán tus cerros en silencio?

El mamuel choique y el michay, ¿qué dirán?

El día pasa volando en el avión del tiempo

y en cada vuelo deja una huella y una voz.

Y es esa voz, tu voz, un gran silencio…

Pareces dormitar en un rincón, ¿el del olvido?

Cubierto de un gris seco, un seco gris.

Pareces dormitar y estás despierto,

esperando, como esperan los pacientes…

Soy tu hija, quien te mira y quien te habla,

la que ruega por el llanto de tus ojos,

secos ojos que no pueden llorar.

¿Qué dirán las viejas casas viejas,

los lares de tus primeros hijos?

Hogares del ayer, ruinas de hoy.

Recuerdos tras recuerdos, y tu historia…

No quiero verte envejecer, porque eres joven,

No quiero verte agonizar, estando vivo.

no quiero verte descansar sobre el recuerdo del pasado,

teniendo un presente y un futuro por vivir.

Quiero que renazcas desde adentro, desde tu seno.

Quiero que revivas con tus riquezas, tu oro blanco.

Quiero sentirte vivo, quiero escuchar tu voz;

que el gorrión cante su canto,

hable su lengua el paisano,

corra en tus campos cristianos la liebre, el piche, el ñandú.

Quiero escuchar tu voz, la de mi gente,

para decir que no agonizas ni dormitas

y que, en el sur de Río Negro, crece en silencio

Maquinchao, un pueblo de mi Patria.